Una vida segura y protegida por el Todopoderoso

Una buena y confiada relación personal con Dios, así como una vida piadosa y el deseo de tener la ayuda del Padre, identifica a aquellos creyentes a los que Dios está dispuesto a escuchar para dar su favor y auxilio, en el momento que lo necesitan. Por eso David, tuvo la seguridad de acudir al Padre, para clamar por ayuda, diciéndole “Respóndeme cuando clamo, oh Dios, de mi justicia”.

David suplicaba, basado en experiencias pasadas, donde obtuvo respuesta de Dios a sus súplicas, para obtener el favor que necesitaba en el presente (v.1b). El Señor le dijo una y otra vez a su pueblo, después de libertar a Egipto: “Que nunca se te olvide de dónde te saqué”, recordando que, si lo hizo en el pasado, lo volvería a hacer.

Aun el impío, puede alcanzar la misericordia y el favor de Dios, cuando abandona sus malos hábitos y busca con pasión la presencia del Señor.

La oración ferviente y una vida correcta ante Dios traerán Su intervención, respuesta, justicia y protección contra los enemigos. Siempre actúa a favor de Sus hijos, ese Dios todopoderoso, inconmovible, omnipotente y omnipresente. En Él siempre hay seguridad.

¿Qué te dijo Dios durante esta semana?

¿Cómo lo vas a aplicar hoy?

¿En qué área específica de tu vida?

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