Mirando más allá

En este pasaje, vemos que a Neftalí le fue entregado el territorio que quedaba más al norte, una larga y estrecha franja de tierra entre Aser y el río Jordán.

Era una tierra montañosa y fértil, que estaba muy cerca del monte Líbano.

Fue dentro de los límites de esta zona, donde Josué derrotó al rey Jabín (Josué 11).  Sin embargo, no expulsaron por completo a los cananeos, sino que vivieron en medio de ellos; y esto le traería problemas a futuro.

Algo para destacar es que, en esta región se encontraban poblaciones como Capernaum y Betsaida, al norte del lago de Quinéret. Y es muy importante tener en cuenta que, fue en esas ciudades donde Jesús desarrolló muchos de Sus milagros: Liberó a un hombre que estaba poseído (Lucas 4:31-37), sanó a la suegra de Pedro de una fiebre (Lucas 4:38-41), sanó a un sirviente del centurión Romano en Capernaum (Lucas 7) y sanó a un hombre paralizado (Lucas 5: 17:26).

En Betsaida, realizó la multiplicación de los panes y de los peces, el único milagro registrado por los cuatro evangelistas: (Mateo 14:13-21), (Marcos 6:34-38), (Lucas 9:10-17) y (Juan 6:1-15).

Muy seguramente la tribu de Neftalí en los tiempos de Josué no tenía la menor idea de que todos estos prodigios sucederían en sus territorios, siglos después. Ellos no imaginaban la importancia de haberse establecido en aquel lugar, para que el Mesías prometido, pudiera realizar Su ministerio.

Hoy en día, los creyentes debemos saber que, cuando nuestro Padre Celestial nos regala una promesa en cualquier área de nuestra vida, o cuando Dios nos entrega un territorio, no es solo para nuestro beneficio o el de nuestra familia. Debemos ver más allá, con una perspectiva eterna, con sentido de destino profético y entendiendo que, Dios quiere glorificarse a través de esas bendiciones que Él otorga.  

¿Qué te dice Dios?

¿Qué vas a hacer?      ¿Cómo lo vas a aplicar hoy?   ¿En qué área? 

Emocional ___ Familiar ___ Espiritual ___ Financiera ___ Otro ___.